Las fotografías de la desbandá
Jesús Majada Neila (comisario)
Comisariado: Jesús Majada Neila
Fotografías: Hazen Sise
Textos: Norman Bethune, Thomas Worsley, Salvador Godoy, José Ginés, Juan Valderrama, Isabel Serrano, Cristóbal Criado, Natalia y Maruja Montosa, André Malraux (extracto de la novela L’espoir), Manuel Sánchez, Rosendo Fuentes, Miguel Escalona, Juan José Carmona, Ángeles Vázquez, Carmen Jiménez, Juan García Bravo, Ángel Landa.
Catálogo de la exposición La huella solidaria (Centro Andaluz de la Fotografía).
Muestra El éxodo de la carretera de Málaga. Febrero 1937, Archivo provincial de Málaga, 2016.
Localización: Málaga, Adra, Almería
Web de la Asociación La Desbandá
ISBN: 978-84-95783-52-3Depósito legal: MA-1635-2017
Formato del libro
Libro de 210x207mm, 86 páginas. Impreso en papel estucado. Encuadernación rústica. Tapas blandas.
Formato de las imágenes y los textos
Fotografías de 35mm, analógico. Blanco y negro. Postproducción por reencuadres y ampliaciones parciales de las fotografías originales.
Incluye textos breves en castellano de varios autores (la mayoría supervivientes y testigos de la masacre), situados en el centro de las páginas pares. Con pies de foto. Textos con función mayoritaria de relevo, algunos cumplen la función de anclaje.
Catalogación
Tipo de publicación: Catálogo
Naturaleza: Histórica
Tema: Guerra, Exilio y Víctimas y familiares
Género: Paisaje y Bélico
Discurso: Periodístico/documental
Descripción y análisis
Las fotografías de la desbandá es un libro fotográfico del investigador Jesús Majada que recoge los testimonios y las únicas imágenes existentes de uno de los episodios más cruentos de la Guerra Civil Española, conocido como la Desbandá de Málaga. Gracias a su trabajo las fotografías salieron a la luz en el año 2004, sesenta y siete años después de la masacre, cuando el Centro Andaluz de la Fotografía organizó una exposición comisariada por Majada.
En febrero de 1937 la ciudad de Málaga es atacada por las tropas sublevadas del ejército franquista, que había sido incomprensiblemente abandonada por las autoridades civiles y militares republicanas. La población civil, unas 150.000 personas según algunas estimaciones, huye en masa por el único camino posible, la carretera de Málaga a Almería, que zigzaguea durante 200 kilómetros por la línea de la costa, entre escarpados acantilados y el mar Mediterráneo. Las columnas de soldados italianos persiguieron con sus carros de combate por tierra a los fugitivos, aviones italianos y alemanes de la Legión Condor bombardeaban desde el aire, mientras los buques Canarias y Cervera disparaban desde el mar, en una aberrante masacre a la población civil. Algunos historiadores estiman que se produjeron entre cinco y diez mil muertes.
En esos días acudieron desde Valencia tres miembros de las brigadas internacionales, Norman Bethune, Hazen Sise y Thomas Worsley, que formaban parte del Servicio Canadiense de Transfusión de sangre, una unidad médico-sanitaria que se dedicaba a llevar sangre a los frentes de guerra para salvar la vida de los heridos que se desangraban en primera línea de batalla. Fueron los primeros en ayudar a los huidos de Málaga, durante tres días evacuaron con su furgón-ambulancia a muchos niños y mujeres que salvaron sus vidas gracias a su intervención. Norman Bethune, jefe de la unidad, encargó a su ayudante, Hazen Sise, realizar unas fotografías para dar soporte gráfico a una tragedia que iba a ser silenciada durante décadas. Su labor, pues, no se limitó a la ayuda a los huidos, sino que supieron valorar la importancia de la memoria, dejando testimonios escritos de su experiencia en esa carretera. Norman Bethune publicó en 1937 el opúsculo El crimen de la carretera de Málaga-Almería, que difundió como conferenciante por Canadá y Estados Unidos, Hazen Sise tomó las fotografías que se incluyeron en dicho libro, y Thomas Worsley publicó en 1939 su testimonio en el libro Los ecos de la batalla.
Las fotografías son obra de Hazen Sise, arquitecto aficionado a la fotografía, en cuyas imágenes se condensa el sufrimiento y la desesperación de los millares de refugiados que huían desde Málaga hacia Almería. Los rostros y expresiones de la gente que camina desesperadamente por la carretera son reveladores de la indefensión y el dolor que esas personas tuvieron que padecer, de la aniquilación ruin de la que fueron víctimas. Algunos encuadres y angulaciones transmiten la urgencia e improvisación del fotógrafo, que capta la realidad de la tragedia mientras rescata a las víctimas en su furgón medicalizado.
Estas imágenes serán la base de un trabajo posterior sobre estos hechos que se concretó en el cómic El paseo de los canadienses, del ilustrador Carlos Guijarro.
Análisis de Roberto Arnau.
Fotografías de Mari Carmen Blanco.